Adeptos

domingo, 5 de enero de 2014

Mentiras que nos contaron nuestros publicistas

¡Feliz 2014 y feliz noche de Reyes, pequeños monstruos!
Mi primera entrada del nuevo año, ¡bieeeen!, y para ella os tengo preparada una recomendación: nunca os creáis ciegamente lo que veáis en la publicidad. ¡Nunca!
Sé que parece una recomendación muy de lógica y que todas sabemos que, porque veamos un producto en la tele, no tiene que significar que es un milagro que nos envían los dioses del Olimpo, pero también sabemos todas lo fácil que nos dejamos llevar por un buen eslogan...Al fin y al cabo para eso pagan a un tremendo equipo de publicistas. Y además se apoyan en la imagen de nuestros ídolos favoritos, de aquellos a los que secretamente (y a veces no tan secretamente) nos queremos parecer, para reforzar su mensaje a través de un argumento de autoridad.
Porque, ¿quién no se va a fiar de nuestra maravillosa Jennifer López si nos dice que con ese nuevo champú vamos a evitar perder cientos de cabellos al día?


Lo que el anuncio obvia es que perder 100 cabellos al día es lo más normal del mundo, dado que responde al ciclo natural del pelo, por el que cada persona pierde una cantidad de cabellos diarios (entre 70 y 120) dependiendo de factores como la fase de crecida del cabello, la alimentación o su pigmento (sí, sí, ¡que rubios y pelirrojos no pierden la misma cantidad de cabellos tampoco!).
Pero y si la preciosa Paula Echebarría nos dice que con esta otra gama vamos a aportar los beneficios de una BB Cream a nuestro pelo y así pararemos el daño causado por la edad, ¿cómo vamos a ponerlo en duda?


Y las canas ya de paso, ¿no? Porque tanto una cosa como la otra no tienen nada que ver en absoluto con el champú que usemos o dejemos de usar. En el caso de este anuncio en concreto, su falacia consiste en obviar que el pelo, al igual que atraviesa ciertas fases, tiene edad como nosotros y depende de nuestra genética, nuestras hormonas, nuestros hábitos...Y lo querramos o no, pasados los 40 el pelo se resiente y no crece tan fuerte y abundantemente como antes. Evidentemente, todos los cuidados extra que podamos aportar a nuestro cabello (una hidratación correcta, evitar abusar de tintes con amoníaco y del uso de planchas y secadores) ayudarán a que esté más sano. Pero de ahí a decir que vamos a evitar el paso del tiempo...

 Sin embargo, lo que os cuento no es nada que no sepáis; hace años ya (en 2007, para ser más exactos) que saltó la liebre sobre la publicidad engañosa en temas de estética cuando las organizaciones de consumidores de Reino Unido y España denunciaron este anuncio de L'Oréal con Penélope Cruz por publicitar una máscara de pestañas y utilizar pestañas postizas para las fotografías (una práctica que, por otra parte, es plato común hoy en día).

¡Hala, maja, qué ojazos!

Por aquel entonces fue todo un escándalo y una forma de abrirnos a todos los ojos de sopetón para que nos lo pensáramos dos veces antes de lanzarnos a las tiendas a por lo último que habíamos visto anunciar a Fulanita o Menganita. Pero a veces se nos olvidan estas cosas, y para eso estoy yo aquí hoy.
Así que la próxima vez que oigáis sobre algún producto milagroso (como un champú para raíces grasas pero que curiosamente detecta que tenéis las puntas secas y os las hidrata, ya de paso...porque es así de inteligente, él, y va contra todas las leyes de la química, la peluquería y el Vaticano), utilizad un poco la lógica más elemental, desconfiad y que no os la peguen con queso.
¡Rawr!

Ruth
 

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