Adeptos

jueves, 23 de enero de 2014

"El vello de la vergüenza"

Yo hoy venía realmente dispuesta a hablar sobre la curación de tatuajes, pero una serie de acontecimientos me han hecho decantarme por un tema mucho más “peliagudo” (Y nunca mejor dicho). En la actualización anterior Ruth nos hablaba de esas tres preguntas que no hay que hacerle a una mujer. Ambas que creemos que las casualidades no existen, hemos sentido que American Apparel nos hacía un guiño con la campaña que ha hecho de maniquís con bello púbico visible bajo su nueva línea de ropa interior, íntimamente relacionada con la pregunta de “¿Y esos pelillos?”, claro que ahora vamos un paso más allá y la pregunta sería más bien “¿Y esa mata?”

Foto de la campaña.

Antes de ponerme a escribir esto me he leído alrededor de 12 artículos, 20 respuestas en foros sobre depilación púbica, algún que otro chiste sobre ello y hablado con amigas y amigos al respecto. Este no es un tema nuevo ni mucho menos, vuelve a mi vida con cierta frecuencia y me gusta denominarlo “El vello de la vergüenza”.

 Recientemente en el curso que impartí sobre el cuidado de la piel dedicamos un rato a hablar sobre esto, allí habían señoras y señoritas de diversas edades. El caso es que una de ellas comentó que no se depilaba las piernas en invierno porque así el pelo le daba calor, pero que el pubis sí se lo depilaba porque tener pelos ahí era poco higiénico. Esta idea de que no depilarse el pubis o las axilas es poco higiénico me incordia, no porque yo no me depile, (Para bien o para mal soy una obsesa de la depilación axilar) si no porque me parece tan absurdo como decir “Comer es poco higiénico porque te ensucia los dientes”, con esto lo que quiero decir es que independientemente de que tengas vello o no, en tu zona íntima o en las axilas, la higiene de ellas solo se consigue de una forma: Lavándose. Sí tienes unos hábitos higiénicos saludables y no sufres ningún tipo de problema hormonal/sudoriparo esas zonas estarán limpias y completamente higiénicas. Sobre si aporta calor en invierno o no, no haré comentarios porque encontré esa parte de la conversación algo absurda.

El caso es que estas campañas te llevan a  leer cosas como “El feminismo está de moda” o  “El matojo está de moda”  y ambas son frases que también me incordian moralmente. Para empezar y sin entrar en profundidad, que el feminismo se considere una moda me parece algo verdaderamente terrorífico. Si os paráis a leer que considera la rae que es “moda”, podréis haceros una idea de porqué. Realmente no espero que el feminismo sea una moda, si no una meta, solo alguien que no tiene ni idea de que busca el feminismo se atrevería a denominar los pasos que va dando “modas” y no avances, pero en fin, eso para otro momento.

Con respecto a lo del vello púbico es que no podríamos llamar a la rasuración una “moda” porque nos quedaríamos en la superficie del asunto, esta moda va sujeta a fuertes ideas morales, esta moda no puedes saltártela y santas pascuas. Es una moda que nos lleva a dudas constantemente a todos, dudas que no sabemos si preguntar o no porque hasta entre nuestros más allegados sigue siendo un tema peliagudo. Porque a día de hoy cada cual hace lo que buenamente puede con su “matojo” e intenta encontrar la forma “correcta” de recortarlo, podarlo o como queráis llamarlo.

Una vez hablando con mis amigas una de ellas dijo que cuando se depilaba lo hacía para su pareja, y que para decidir como depilarse había optado por lo que sería “normal” para él. Le pregunté que como sabía ella lo que era normal para un hombre y me dijo que puesto que la mayoría de coños que habría visto serían en el porno, y en la mayoría de videos porno iban depiladas, lo “normal” debía ser depilarse entera. Esta deducción me pareció graciosa porque para mi durante mucho tiempo “lo normal” no era depilarme completamente, porque eso me daba aspecto de niña pequeña y me parecía completamente “Anormal”.

El asunto es, que si yo me pongo unos pantalones de campana en vez de unos pitillos nadie se va a meter conmigo a día de hoy, sin embargo si reivindico que llevo una mata de pelo entre mis piernas, no solo va a resultar raro, si no que además puede generar cierto rechazo, especialmente del sexo opuesto. “A mi me gustan depiladas” no es una frase que no hayamos oído nunca. Así que en realidad, esto no es tanto una moda si no una imposición social, cuando a fin de cuentas es pelo, ni más ni menos, no es un monstruo, ni una enfermedad; es pelo como el que tenemos en los brazos o en la cabeza y no debería ser más asqueroso. Sin embargo  lo es, tanto para nosotras como para ellos, lo que me lleva a preguntarme: Enserio ¿Cómo hemos llegado a esto?



Puedo entender los motivos de depilarse y puedo entender lo motivos de no hacerlo, ¿Pero en qué momento el no hacerlo se ha convertido en una norma que si no la cumples te conviertes en un paria? ¿En que momento que puedan haber mujeres con vello púbico es algo raro? ¿Algo asociado a la reacción de “Ugh”? La mayoría de ellos siguen con pelos en las piernas, en el pecho, en las cejas, en las falanjes de manos y pies, ¡Algunos ni se recortan el vello púbico! Lo dejan crecer salvaje cual amazonas, y no digo "Quitároslo también", lo que intento decir es "Sí nos ha llegado antes y parece obligatorio para integrarse, esto tiene un matiz sexista que no mola" 


En lo referente a la campaña, American Apparel no es la primera vez que usa este tipo de marketing para atraer al público, ya dio el cantazo en su momento con las camisetas de una vagina menstruando. Tampoco estoy del todo segura que este tipo de publicidad sea lo que necesitan nuestros pubis. Supongo que lo que me gustaría es que estas cosas no pasaran, que cada cual pudiese llevar el pelo como se le antojase y el resto del mundo actuase sin caer en la crítica destructiva. Que ver unos maniquís peludos no nos pareciese extraño, y que poder hablar de “el vello de la vergüenza” fuese mucho menos vergonzoso. Pero claro, nuestra sociedad se alza sobre lo “tabú”. Pues señores, creo que hemos cometido un grave error al convertir nuestro cuerpo, nuestras excreciones y nuestro sexo (en ambos sentidos) en algo tabú, pues convivimos con ello cada día desde que nacemos hasta que morimos, y hablando (También por suerte o por desgracia) es como se entiende la gente.  


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