Adeptos

miércoles, 29 de enero de 2014

Hacer una maleta sin morir en el intento.

¿Qué pasa Monstruos? 

Pues yo aquí haciendo la maleta porque me voy de viaje, y ya que estaba con esta engorrosa faena he pensado que porqué no hacer una entrada al respecto. La verdad es que de viajar lo que más ansiedad me provoca es tener que hacer la maleta, llevo bien ir a sitios desconocidos, que nadie venga a despedirme al aeropuerto e incluso coger un vuelo sola, pero hacer la maleta me estresa horrores y siempre lo dejo para el último momento. Para empezar no me gusta hacer la maleta con mucha antelación porque a mis viajes me gusta llevarme mi ropa favorita, ya suficiente tengo con estar fuera como para encima sentirme incomoda, así que siempre lo atraso y lo atraso para no tener que meter ESA  camiseta que tanto me gusta y que me apetece ponerme hoy. Además también me estresa el hecho de no haber metido todo lo que quería meter o haberme pasado metiendo, esto sobre todo me pasa con el Campus Potter, porque siempre temo haberme dejado la corbata de Ravenclaw en casa. 

El caso es que yo en mi estrés soy una persona bastante meticulosa y sigo ciertas pautas cada vez que quiero hacer una de esas odiosas maletas. En la entrada de hoy os voy a contar un poco mi método y daros algunos tips para facilitaros la faena en el próximo viaje que hagáis. 

Podéis leer el resumen al final.

  • Tiempo aproximado: Una hora. (Menos si eres Speedy Gonzalez o estás muy acostumbrado a hacer muchas maletas.) 
  • Herramientas necesarias para su elaboración: Paciencia y orden. 
  • Nivel de dificultad: Medio-Alto.

Bien, lo primero y principal es tener claro el clima al que vamos, no elegiremos la misma ropa si nos vamosparte metereológico y lo comparo con mi propia ciudad, si hay temperaturas más bajas me hago a la idea de que voy a congelarme de frío, y si hay más altas pongo una cuerda de lado a lado de mi cuarto y juego al limbo con música de pachanga por la felicidad que me embarga. Si se a donde voy, sabré que debo ponerme. Esto incluye también la pregunta ¿A qué voy? Por que igual que no es lo mismo ir a Londres que a Miami, no es lo mismo irse a  hacer senderismo que irse a ligar de discotecas, el propósito de nuestro viaje debemos tenerlo claro para elegir que ponernos.
a Londres que si nos vamos a Miami, el tiempo es distinto y por tanto se requieren distintas prendas. Por lo general miro el

Lo segundo para mi es hacer una lista. Las listas sirven para que no se nos olvide nada, tirar de listas mentales generará perdidas de información la mayoría de las veces, pero del papel no se borra. Por lo general suelo dividir esta lista en apartados: Maleta general, bolsa de aseo y bolso de mano. Para tener claro los imprescindibles los subrayo o hago un asterisco, a veces hay cosas que en caso de olvidarlas podemos comprar nuevas en nuestro lugar de destino, pero hay otras cosas que no son reemplazables o sería demasiado costoso remplazarlas, las que no podéis olvidar bajo ningún concepto son a las que debéis ponerle el asterisco.

Cuando hago una maleta me gusta mucho hacer la cama y colocar encima las cosas, es decir, primero hago una "Maleta virtual" y dejo sobre la cama cada cosa que voy a llevarme para tener claro que es lo que cojo y que no cojo. A menudo nuestra capacidad de elegir conjuntos cuando hacemos una maleta se atrofia y nos vemos en el lugar de destino con ropa que no pega en absoluto, lo mejor para que esto no pase es programar ya los conjuntos que podemos usar durante el viaje, basándonos en la ropa que usamos día a día. Los viajes son para disfrutarlos y aprender, pero no es necesario ponerse a experimentar con conjuntos en estas circunstancias. Una vez colocado todo lo que necesito sobre la cama llega el momento de
sacar la maleta. 

Para elegir la maleta tenemos que saber que medidas permite nuestro transporte y que cantidad de maletas. Cuando viajamos en tren podemos llevar maletones que nadie nos dirá nada, pero por ejemplo si volamos con Ryanair (Como es mi caso) la compañía tiene unas medidas que no se pueden sobrepasar excepto si quieres pagar un plus. Hace tiempo que tengo mi maleta para este tipo de viajes controlada y más o menos se cuanto cabe y cuanto no, pero ver la cantidad de cosas que hay en la cama y el espacio que hay en tu maleta, ayuda para saber si el cargamento que has preparado es viable o no lo es.  

Ahora toca meter las cosas. Esta es, diría, la peor parte de todas. Hay maletas que tienen un estante plegable en el interior y un día, a Dios pongo por testigo, me compraré una de esas. Pero a día de hoy tengo una maleta normal y corriente. Para meter lo que tenemos sobre la cama lo ideal es que sigamos un procedimiento, cuando metemos algo lo tachamos o hacemos una cruz en la lista para saber que ya está dentro.



¿Cómo meto yo las cosas en la maleta? 

Lo primero que meto siempre son las toallas, las pongo en el fondo todo lo planas posibles para que ya no me estorben en el resto del "enmaletado". Hace unos años me compré una de esas toallas de decathlon que parecen una valleta y vienen genial, porque secan, se secan rápido y ocupan muy poco espacio. 

Luego meto la ropa interior, me gusta separarla del resto de cosas para que esté en un lugar accesible, si al llegar al lugar de estancia no voy a deshacer la maleta, esta es la forma más cómoda, así que suelo ponerla en el bolsillo de la tapa que suelen tener las maletas (El bolsillo interior ojo). En él meto bragas, calcetines, sujetadores y bikinis, además del cargador del móvil, que también me gusta tenerlo a mano. 

Lo siguiente son los zapatos, los zapatos que decido llevarme (Chanclas, zapatillas, botas, zapatos...) los coloco en la parte más baja de la maleta con la suela contra las paredes de la maleta, hago esto porque cuando pongo de pie la maleta, prefiero que se aplasten los zapatos y no las camisas. Dentro de los zapatos para aprovechar espacio se pueden guardar todo tipo de cosas: Cinturones, calcetines, pulseras, collares... Esto también nos hará ahorrar mucho espacio. El motivo de que la suela esté contra las paredes de la maleta es para evitar manchar la ropa. (Mi madre grita de fondo ¡USA BOLSAS INDIVIDUALES PARA CADA ZAPATO!) 

Ahora llega la ropa en si. Por lo general lo que más abulta suelo llevarlo puesto, pero de no ser así, lo pliego bien y es lo primero que meto para poder luego aplastarlo con el resto de ropa. Hace tiempo leí un artículo donde decían que enrollar camisetas y pantalones nos ahorra espacio, a veces lo hago, no se si ahorra o no, pero la ropa suele llegar en mejores condiciones y la maleta queda la mar de ordenada. Pantalones por un lado, camisetas por el otro, y siempre pendiente de dejar un hueco para la bolsita de aseo. Meted prendas e id tachando de vuestra lista. 

Si no os cabe todo en este momento es que ¡Os habéis pasado eligiendo cosas! Descartad prendas que si lo pensáis racionalmente, sabéis que no os vais a poner. 

La bolsita de aseo suele ser uno de mis quebraderos de cabeza. Cuando viajamos en avión tenemos que llevar los líquidos en una bolsa transparente para pasar por el control, así que yo preparo dos bolsas de aseo, una en esta bolsa transparente (Donde meto cremas, geles, perfume, maquillaje, medicación...)  y otra en la que meto las cosas "secas" (Maquinilla de afeitar, pinzas de las cejas,cepillo de dientes, lápiz de ojos, lima de las uñas...), esta última la sumerjo en las profundidades de la maleta donde buenamente quepa, la transparente la suelo dejar si no en la zona superior de la maleta, en un bolsillo exterior ¿Por qué? Pues porque abrir la maleta entera para sacar esta bolsita de las narices para poder pasar el control de seguridad, es un verdadero engorro.

Para acabar preparo el bolso de mano. Gracias al cielo ahora Ryanair ha cambiado su política de funcionamiento y se puede llevar una maleta y un bolso pequeño de mano, pero antes esto no se podía hacer así que tocaba meter en la maleta el bolso, por lo que había que dejarle un hueco si es que querías que estA cerrara. En mi caso esta vez pretendo volver con una cámara de fotos nueva así que voy a hacerle su hueco antes de irme por si las moscas. En el bolso de mano debe ir lo imprescindible, cada uno sabe lo que es imprescindible en su vida, por ejemplo yo no concibo un viaje sin una pequeña libreta, un boli y un libro (o dos), pero imprescindible sí o sí para todos los humanos son: DNI, tarjeta de la seguridad social, tarjeta de médico privado (En caso de tenerla), dinero en efectivo o tarjeta bancaria y LOS BILLETES. Sin los billetes no vamos a ninguna parte. Esta bolsa de mano suelo preparármela un rato antes de salir de casa y la repaso alrededor de unas 20 veces porque es en realidad lo más importante de nuestro equipaje. Tacho de la lista como con todo y repaso si me he dejado algo.



¿Está todo dentro? Felicidades, acabas de completar tu maleta. 
¿Te has dejado algo fuera? Putada, prepárate para meterlo con calzador. 


Resumen:
  • Mira el clima del lugar de destino. 
  • Haz una lista de las cosas que necesites. se realista, piensa en que usas tú en el tiempo del viaje si estuvieras en casa y usa lo mismo. PRACTICIDAD. 
  • Coloca todas las cosas que vas a usar sobre una superficie antes de meterlo en la maleta. 
  • Elige una maleta que se ajuste a unas medidas cómodas o indicadas (Si se va en avión)
  • Programa conjuntos de ropa para algunos días facilitándote el asunto. Los colores neutros ayudan a repetir y combinar prendas. Llevarse un pantalón para un solo día en espacio no sale rentable. 
  • Cuando metas algo en la maleta táchalo de la lista. 
  • Coloca las cosas de forma ordenada (Recomendado poner los zapatos en la parte baja de la maleta y la bolsa de aseo en la parte alta) 
  • Pesa la maleta al terminarla (Por si acaso te has excedido) 
  • Ten en cuenta que para pasar el control en los aeropuertos tienes que llevar los líquidos en una bolsa transparente. 
  • Prepara un bolso de mano práctico donde guardes lo imprescindible, este bolso es tu salvavidas si por cualquier cosa pierdes la maleta. (DNI, billetes y dinero ¡Mínimo!) 
  • Sonríe y bébete un refresco a tu salud, has superado uno de los círculos del infierno. 

Después de este discursaco, me marcho que tengo un vuelo que coger. Paz y amor, ¡Os veo el Jueves que viene!

domingo, 26 de enero de 2014

El polémico "movimiento feelings"

Los que estáis acostumbrados a navegar por redes sociales como Twitter o Instagram seguro que os habéis encontrado con este hashtag en algún momento de los últimos días: #movimientofeelings
Yo me crucé con él por primera vez hace una semana y desde entonces se ha convertido en todo un habitual de nustros TL, siempre acompañado de imágenes de este tipo:

Como podéis ver, las imágenes suelen ser de vientres de hombres o mujeres, que tapan su cara o su pecho con un cartel que suele llevar un mensaje de tipo motivacional sobre la poca importancia que tiene el físico, cosas en la tónica de "la belleza está en el interior". 
Por lo que he podido rastrear, la iniciativa surgió a través de esta cuenta de Twitter, a través de la publicación de esta imagen: 

Por supuesto, la gente no sólo le envió sus fotos, sino que además empezó a hacer sus propias publicaciones bajo ese hashtag (cosa que en principio va en contra de la iniciativa en sí, que pretendía que las fotografías fueran anónimas). El comportamiento viral estaba servido (sobre todo en Instagram), y por una vez estaba destinado a conseguir un fin muy positivo: ayudar a otros eliminar sus complejos y a sentirse mejor consigo mismos y con los demás. 

Apenas han pasado unos días y, como no podía ser de otra manera, la gente se empieza a oler que tanta buena intención ha terminado derivando en otra cosa, otra cosa que nada tiene que ver con el propósito inicial. Lejos de mostrarnos cuerpos reales, con sus kilitos de más y de menos, #movimientofeelings se ha convertido en un escaparate donde la gente se dedica a lucir su cuerpo Danone en fotos generalmente estudiadas (desde arriba que adelgaza, en sepia para que no se note el vellito corporal) para presumir de buen tipo despreocupadamente sin miedo a que lo acusen a uno de superficial porque se acoge a la premisa de estar apoyando un supuesto movimiento social. Por supuesto, cada uno es libre de hacer lo que quiera con su cuerpo, pero es evidente  que estas personas no tienen ningún tipo de problema de autoestima con esa parte concreta de su cuerpo y que lo único que buscan son unos cuantos likes y el piropeo fácil. Y me parece muy bien, oye, a nadie le amarga un dulce, pero es un poco hipócrita, ¿no os parece? 

Sé que muchos se habrán unido a la iniciativa de buena fe (sólo que da la casualidad de que tienen mejor físico que otros) y quizás  por ello se sientan ofendidos por esta entrada. En ese caso, lo siento. Sencillamente, creo que, si de verdad queréis que esta iniciativa sirva para algo, debería tomar otro camino. En lugar de desnudarnos de cintura para arriba para enseñarnos los unos a los otros que el vientre perfecto que nos impone la publicidad no es lo más habitual ni tiene por qué ser lo único bello, ¿por qué no enseñar la parte de nuestro cuerpo de la que nos sentamos menos orgullosos? ¿Por qué no enseñar aquello que consideramos nuestros defectos: esas orejas de soplillo, esos dedos de los pies torcidos o los dientes amarillentos? De esa manera estaríamos mostrándonos como somos, desde lo que menos nos gusta, para demostrar que no nos importa que nos juzguen y que nosotros elegimos qué es lo bello. Eso sería verdaderamente desnudarnos ante los demás. 
Ruth

jueves, 23 de enero de 2014

"El vello de la vergüenza"

Yo hoy venía realmente dispuesta a hablar sobre la curación de tatuajes, pero una serie de acontecimientos me han hecho decantarme por un tema mucho más “peliagudo” (Y nunca mejor dicho). En la actualización anterior Ruth nos hablaba de esas tres preguntas que no hay que hacerle a una mujer. Ambas que creemos que las casualidades no existen, hemos sentido que American Apparel nos hacía un guiño con la campaña que ha hecho de maniquís con bello púbico visible bajo su nueva línea de ropa interior, íntimamente relacionada con la pregunta de “¿Y esos pelillos?”, claro que ahora vamos un paso más allá y la pregunta sería más bien “¿Y esa mata?”

Foto de la campaña.

Antes de ponerme a escribir esto me he leído alrededor de 12 artículos, 20 respuestas en foros sobre depilación púbica, algún que otro chiste sobre ello y hablado con amigas y amigos al respecto. Este no es un tema nuevo ni mucho menos, vuelve a mi vida con cierta frecuencia y me gusta denominarlo “El vello de la vergüenza”.

 Recientemente en el curso que impartí sobre el cuidado de la piel dedicamos un rato a hablar sobre esto, allí habían señoras y señoritas de diversas edades. El caso es que una de ellas comentó que no se depilaba las piernas en invierno porque así el pelo le daba calor, pero que el pubis sí se lo depilaba porque tener pelos ahí era poco higiénico. Esta idea de que no depilarse el pubis o las axilas es poco higiénico me incordia, no porque yo no me depile, (Para bien o para mal soy una obsesa de la depilación axilar) si no porque me parece tan absurdo como decir “Comer es poco higiénico porque te ensucia los dientes”, con esto lo que quiero decir es que independientemente de que tengas vello o no, en tu zona íntima o en las axilas, la higiene de ellas solo se consigue de una forma: Lavándose. Sí tienes unos hábitos higiénicos saludables y no sufres ningún tipo de problema hormonal/sudoriparo esas zonas estarán limpias y completamente higiénicas. Sobre si aporta calor en invierno o no, no haré comentarios porque encontré esa parte de la conversación algo absurda.

El caso es que estas campañas te llevan a  leer cosas como “El feminismo está de moda” o  “El matojo está de moda”  y ambas son frases que también me incordian moralmente. Para empezar y sin entrar en profundidad, que el feminismo se considere una moda me parece algo verdaderamente terrorífico. Si os paráis a leer que considera la rae que es “moda”, podréis haceros una idea de porqué. Realmente no espero que el feminismo sea una moda, si no una meta, solo alguien que no tiene ni idea de que busca el feminismo se atrevería a denominar los pasos que va dando “modas” y no avances, pero en fin, eso para otro momento.

Con respecto a lo del vello púbico es que no podríamos llamar a la rasuración una “moda” porque nos quedaríamos en la superficie del asunto, esta moda va sujeta a fuertes ideas morales, esta moda no puedes saltártela y santas pascuas. Es una moda que nos lleva a dudas constantemente a todos, dudas que no sabemos si preguntar o no porque hasta entre nuestros más allegados sigue siendo un tema peliagudo. Porque a día de hoy cada cual hace lo que buenamente puede con su “matojo” e intenta encontrar la forma “correcta” de recortarlo, podarlo o como queráis llamarlo.

Una vez hablando con mis amigas una de ellas dijo que cuando se depilaba lo hacía para su pareja, y que para decidir como depilarse había optado por lo que sería “normal” para él. Le pregunté que como sabía ella lo que era normal para un hombre y me dijo que puesto que la mayoría de coños que habría visto serían en el porno, y en la mayoría de videos porno iban depiladas, lo “normal” debía ser depilarse entera. Esta deducción me pareció graciosa porque para mi durante mucho tiempo “lo normal” no era depilarme completamente, porque eso me daba aspecto de niña pequeña y me parecía completamente “Anormal”.

El asunto es, que si yo me pongo unos pantalones de campana en vez de unos pitillos nadie se va a meter conmigo a día de hoy, sin embargo si reivindico que llevo una mata de pelo entre mis piernas, no solo va a resultar raro, si no que además puede generar cierto rechazo, especialmente del sexo opuesto. “A mi me gustan depiladas” no es una frase que no hayamos oído nunca. Así que en realidad, esto no es tanto una moda si no una imposición social, cuando a fin de cuentas es pelo, ni más ni menos, no es un monstruo, ni una enfermedad; es pelo como el que tenemos en los brazos o en la cabeza y no debería ser más asqueroso. Sin embargo  lo es, tanto para nosotras como para ellos, lo que me lleva a preguntarme: Enserio ¿Cómo hemos llegado a esto?



Puedo entender los motivos de depilarse y puedo entender lo motivos de no hacerlo, ¿Pero en qué momento el no hacerlo se ha convertido en una norma que si no la cumples te conviertes en un paria? ¿En que momento que puedan haber mujeres con vello púbico es algo raro? ¿Algo asociado a la reacción de “Ugh”? La mayoría de ellos siguen con pelos en las piernas, en el pecho, en las cejas, en las falanjes de manos y pies, ¡Algunos ni se recortan el vello púbico! Lo dejan crecer salvaje cual amazonas, y no digo "Quitároslo también", lo que intento decir es "Sí nos ha llegado antes y parece obligatorio para integrarse, esto tiene un matiz sexista que no mola" 


En lo referente a la campaña, American Apparel no es la primera vez que usa este tipo de marketing para atraer al público, ya dio el cantazo en su momento con las camisetas de una vagina menstruando. Tampoco estoy del todo segura que este tipo de publicidad sea lo que necesitan nuestros pubis. Supongo que lo que me gustaría es que estas cosas no pasaran, que cada cual pudiese llevar el pelo como se le antojase y el resto del mundo actuase sin caer en la crítica destructiva. Que ver unos maniquís peludos no nos pareciese extraño, y que poder hablar de “el vello de la vergüenza” fuese mucho menos vergonzoso. Pero claro, nuestra sociedad se alza sobre lo “tabú”. Pues señores, creo que hemos cometido un grave error al convertir nuestro cuerpo, nuestras excreciones y nuestro sexo (en ambos sentidos) en algo tabú, pues convivimos con ello cada día desde que nacemos hasta que morimos, y hablando (También por suerte o por desgracia) es como se entiende la gente.  


domingo, 19 de enero de 2014

Las tres preguntas prohibidas

¡Perdón por escribir tan tarde hoy, pero vengo recién llegada de viaje! Sin embargo, más vale tarde que nunca, así que vamos allá.
La entrada de hoy es algo así como la segunta parte de mi entrada anterior, El miedo a la cara lavada, así que si la primera os gustó espero que esta desmienta aquello de "segundas partes nunca fueron buenas".


El otro día, mi compi Ariadna aleccionaba a dos amigos varones sobre ciertos aspectos que son tabú a la hora de hablar con una mujer, sobre todo cosas que nunca se deben preguntar. A raíz de esa conversación, se me ocurrió que existen al menos tres preguntas prohibidas que nunca bajo ningún concepto debes hacer a una mujer (excepto en casos especiales, que ahora mismo veremos). Estas tres preguntas tienen diverso grado de peligrosidad dependiendo de la mujer y su momento vital, pero la mención de cualquiera de ellas provocará que lo mínimo que haga sea sentirse avergonzada y/o ofendida, a veces ambas cosas, a veces combinado con un ataque de furia, fuego y destrucción. 
Estas tres preguntas inefables lo son porque suscitan una respuesta implícita que la sociedad nos ha instaurado en la placa base pero que en el fondo sabemos que no hay por dónde cogerla, puesto que la verdad verdadera es muy diferente. Por eso nos hacen sentir tan incómodas, porque mientras que nuestro entorno nos grita "¡LA VERDAD ES ESTA!" nuestro cuerpo replica "¡Y un huevo de pato viudo!". 


1ª . "¿Cuántos años tiene/s?" (especialmente peligrosa si no se sabe si preguntarla de tú o de usted; si la responden con un "¿Tú cuántos me echas?", estáis en un buen lío)

 
 RESPUESTA IMPLÍCITA: Porque deberías verte más joven. 

Pese a que tengamos 80 años y aparentemos 56, la sociedad siempre nos dirá que podemos comprar una nueva crema/tratamiento/ritual vudú para aparentar los 48 otra vez, con lo cuál si nos preguntan qué edad tenemos, en lugar de asumir que no es más que una duda inocente, nos lo tomamos como un ataque no provocado sobre la fecha impresa sobre nuestro DNI y empezamos a mentir. Luego viene el espabilado que nos echa años de menos y allá que vamos nosotras, todas halagadas como idiotas cuando la verdad verdadera es que la edad no es más que un número que no tenemos por qué falsear, porque no dice más de nosotros que el número de días que llevamos hollando esta tierra. No dice nada sobre nuestras experiencias, nuestros miedos, nuestra energía o nuestras ganas de vivir, por lo que debemos deshacernos ya de la idea de que nos define de manera alguna.

2ª.  "¿Que cuánto pesas?" (sólo se permite formularla a los profesionales de la salud)


 RESPUESTA IMPLÍCITA: Porque deberías estar más delgada. 

Pese 80 kilos o 22, cualquier mujer se va a ver gorda en algún momento, nos pasa a todas, porque todas queremos tener cuerpo de revista post-Photoshop pero nuestra genética y hábitos no suelen cooperar. Prácticamente toda mujer ha probado alguna dieta en su vida o ha intentado hacer ejercicio para "ponerse en forma" (en forma que no sea redonda, vaya), se ha saltado una comida o ha salido metiendo tripa en alguna foto. Señoras, somos tontas, porque sabemos perfectamente que la verdad verdadera es que lo que debemos estar es SANAS, dentro de un peso razonable para nuestra estatura de acuerdo con nuestro índice de masa corporal, y si no entramos en una 36, pues ya entraremos en una 40, una 42, o una 32. Si debemos comer sano y hacer algo de ejercicio no es más que porque son la manera más sencilla de sentirnos mejor, tener mejores defensas y llegar a viejas pellejas.

3ª.  "¿Y esos pelillos?" (nunca, de verdad, bajo ningún concepto)

 
RESPUESTA IMPLÍCITA: Porque ahí no deberían estar, deberías ser lisa y tersa como la tripa de una ballena.

No hay cosa peor que cuestionar la depilación de una mujer. Quizás ahí no se llegaba, esos no se los ha visto, esta semana no ha tenido tiempo o se la ha jugado la esteticién, pero hoy en día está tan completamente instaurado el canon estético de la depilación totalmente total que este es un tema peliagudo incluso entre amigas. Tenemos PAVOR a dejarnos un pelillo solitario vagando a la deriva por cualquier recóndito lugar de nuestro cuerpo y que nos lo encuentre alguien. ¿La verdad verdadera? Dejando a un lado aquella teoría de que "donde hay pelo hay alegría", en realidad el vello responde a una necesidad corporal por proteger aquellas zonas más sensibles de nuestro cuerpo, así que si está ahí es porque tiene alguna función. ¿Que a todas nos gusta sentirnos suaves? Sí, pero afeitáos los brazos un invierno como solía hacer una amiga y veréis qué frescurri que pasáis. ¿O acaso pensáis que los pelos de la nariz están para que os hagáis trenzas? No, no, están para filtrar lo que vuestros orificios nasales dejan pasar a vuestra nariz, igual que las cejas os protegen los ojos de que les entre agua y el vello de axilas e ingles crece ahí para evitar que en las zonas de roce de piel os salgan escoceduras en verano. Así que antes de volveros locas y arrancaros los pelos cual pollo listo para la cazuela, pensad en cuáles os molestan, cuáles os quitáis por estética y qué hacéis por presión social.

Ya sé que parecen preguntas muy estériles y que le damos demasiadas vueltas a todo, pero eh, ¡qué le vamos a hacer, si nos han dibujado así!

Ruth

jueves, 16 de enero de 2014

Las bragas de Primark

¡Hola bestias!

Como no quería ser menos yo esta semana he aprovechado también para ir de rebajas, pero nada, solo una pequeña incursión a Primark, que si me pongo a pensar detenidamente no ha sido tan pequeña. 

Primark es la cumbre de la ropa barata, de hecho actualmente los precios de Primark están mejor que los del chino de barrio, claro que esta tienda tiene un doble filo, pagas menos porque por lo general te estás llevando a casa un producto de pésima calidad. Hace no mucho hablaba con Ruth sobre que yo era de esas personas que prefieren pagar poco y tener mucho, que pagar mucho y tener poco de buena calidad, me gusta cambiar de ropa, la variedad... Pero claro ¿A qué precio?  En Primark puedes encontrar verdaderas joyitas (Tengo un vestido verde que es amor), a prendas desastrosas y con desastrosas quiero decir mal hechas. No debo ser ni la primera ni la última que se prueba una camisa de Primark que tiene un lado más grande que otro, o la costura desviada o una tela que sabes que cerca de una cerilla arderá en menos de un segundo.

Ahora bien, lo peor sin  duda es la ropa interior. 

He de admitir que soy una forofa de las bragas, me encantan, cuantos mas dibujitos, mensajes o chorradas tengo más me gustan. Me gustan las bragas bajas y los culots, soy antitangas y prefiero el algodón a la lycra o sucedáneos, pero una cosa es que me guste el algodón y otra que me gusten las bragas de abuela. 
Motivada por mi propio consejo de mi entrada anterior sobre renovar ropa interior, me decidí a comprar uno de esos packs de bragas de Primark, en concreto dos packs, uno de braguitas y otro de culots. Fui una idiota. Ilusa de mi pensé que estaba tomando una buena decisión. 


Esto es lo que compré. Como podéis comprobar son dos packs de 4 bragas cada uno, unos shorts y los otros bikini. Puesto que en Primark de pantalón uso una 38 pensé que en las bragas debía ser lo mismo, ya he tenido varias experiencias de comprar bragas en esta tienda, coger la S en vez de la M y que se me salga medio culo por un lado, así que no quería arriesgarme. Me costaron 3 y 4 euros en ese orden. 

Pero claro, no todo podía ser tan bonito y perfecto, cuando llegué a casa  y abrí el pack de las bragas me pasó esto: 

Tenía una bandera no una braga.

Y es que me había tropezado otra vez con publicidad engañosa. 
El paquete se llama "Bikini Brief" Bikini es bikini y Brief es tanto "braga" como "breve" "conciso" "corto" así que si ya decían que era Bikini, pensé que Brief lo usaban como adjetivo, de todas formas se refiriesen a eso o no, la fotografía dejaba claro que eran bragas cortas, de las que van a la cadera.

Foto 1: Original (Engaño)
Foto 2: Modificada por mi (Realidad)
Prueba para que veáis que no os engaño: 

¡Las bragas sobrepasan los pantalones! 

El caso es que no me quedan anchas, quedan como tienen que quedar (Al menos en la zona del culo) pero claro, es que les sobran cm de tela, probablemente si hubiese cogido unas más pequeñas como ya he dicho antes se me habría salido medio cachete. En mi cajón estas bragas han quedado desterradas (obviamente) porque me da miedo usarlas, que se me suba la camiseta y todo el mundo pueda ver este maxi desastre. Actualmente estoy pensando en diferentes usos que darles, como banderas de conquista, coserlas y hacerme bolsos o capuchas, hacerle la putada a mi madre de regalárselas o cortarlas y usarlas para limpiar los espejos de mi casa (Admito ideas para aprovechar estos trozos de tela que han costado un euro cada uno)

Y bueno, no os hablo de los calcetines que se rompen en el primer uso porque si no puedo no acabar nunca. 

Conclusión: No cometáis el error que yo he cometido, abrid los packs antes de comprarlos y mirad que llevan dentro.

¡Besitos braguiles!


domingo, 12 de enero de 2014

El miedo a la cara lavada

Un poco tarde este domingo, pero no os penséis por ello que me he olvidado de vosotros, lectores, ¡eso nunca!

Seguro que por el título de mi post de hoy sabéis (o intuís) de qué voy a hablar. Decidme, vosotras, las chicas que estáis al otro lado de la pantalla: ¿alguna vez os habéis preguntado qué esconderá Fulanita o Menganita bajo los dos dedos de maquillaje que lleva siempre? ¿Habéis comentado con alguna amiga que os preguntáis cuál será su aspecto real? ¿Habéis intercambiado fotos, PRUEBAS TANGIBLES (de esas que la gente desgraciadamente olvida que alguna vez pulularon por Internet) del único día en la memoria de la Humanidad en el que noséquién salió de casa sin maquillar (quizás porque había leído en Twitter que habia llegado el Apocalipsis y se dijo: "Bueno, total...")?


Me apuesto un brownie a que sí, porque yo lo he hecho; lo hacemos todas. ¿Por qué? ¿Porque somos malas personas? Mi teoría es que este comportamiento está relacionado con el síndrome del miedo a la cara lavada que la industria de la imagen nos ha creado; miedo a ser reales, a ser imperfectas.
 
¿Cómo lo han hecho? Fácil: bombardeándonos continuamente con la imagen de mujeres absolutamente perfectas en todos los medios de comunicación habidos y por haber. ¿O acaso las artistas protagonizan los anuncios de la tele y las revistas recién levantadas y sin peinar? No. Son baluartes de belleza, diseñados y esculpidos al detalle por las expertas manos de maquilladores, peluqueros y estilistas. Pero ya no es sólo eso. Sabemos que las sesiones de fotos, las grabaciones, los conciertos funcionan así. Pero además nos venden alfombras rojas, entrevistas, street snaps, fotos de sus vacaciones...millones de imágenes en las que dichas estrellas aparecen inmaculadas, perfectas hasta la imposibilidad. Nos venden que la mujer siempre está perfecta, siempre DEBE estar perfecta, 24 horas, recogiendo a los niños, saliendo de trabajar, de vacaciones en la playa, cuando va a hacer la compra, cuando va al banco, a donde sea. 


Y me diréis: "Pero yo he visto fotos de famosas sin maquillar, salían en una revista". Seguro que sí. ¿Y en qué tono se presentaban  las fotos? Generalmente en tono de "¿qué le ha pasado en la cara, ja, ja, ja?". Así es cómo han creado nuestro miedo. Nos han convencido de que debemos ser muñecas de porcelana siempre, de que no podemos dejar que se vea ese grano/ojeras/cicatriz/michelín porque si lo enseñamos será lo único en lo que se fijen y lo utilizarán para burlarse de nosotras. Nos han convencido de que debemos ser ideales, no realidades.
Y así han conseguido que Fulanita y Menganita no salgan nunca de casa sin base, polvos compactos y rímel, por lo menos. Pero esto no se aplica únicamente al tema del maquillaje, claro, puede valernos para cualquier detalle de la imagen personal, porque hay costumbres de todo tipo: hay quien nunca sale de casa sin plancharse el pelo (y de hecho, lleva una mini plancha en el bolso SIEMPRE para que su indómito flequillo no la deje en mal lugar en ningún momento), hay quien jamás permitiría que le vieran con gafas, o quien se niega en redondo a salir en chándal, ni siquiera al salir del gimnasio. Seguro que reconocéis a alguien leyendo esto. 

 ¿Y sabéis lo que es peor? Que nosotras mismas contribuímos a este síndrome, a esta presión haciendo lo que hacemos, burlarnos las unas de las otras. Porque, en el fondo, ¿adivináis ya por qué hacemos lo de intercambiar esas pruebas de que hay vida más allá del pote? Porque necesitamos que nos demuestren que es mentira, que nadie es perfecto, ni siquiera ella, esa chica tan mona, tan divina, que siempre aparece inmaculada en todas partes. Porque necesitamos que nos demuestren que todas tenemos un mal día, que si no queremos ni levantarnos de la cama, no te cuento arreglarnos, y que cuando lo tenemos no pasa nada, es normal. Porque queremos creer que si ella puede ser así, yo también puedo.
Y la que suscribe no es una excepción. Soy tan víctima de estos temores como todas vosotras. También hay días en los que siento aprehensión de salir al natural a la calle. Pero tenemos que dejar de hacernos esto. Dejemos de lanzar piedras contra nuestro propio tejado. La curiosidad es algo bueno y el miedo a mostrarnos tal y como somos es natural, nos hace humanas. Peero que no sea más que eso.
Dicho esto, os dejo con mis pintas en tiempo real; ¡un saludo!

Ruth

jueves, 9 de enero de 2014

Tips para ir de rebajas siendo un chico (Al que no le gustan las compras)

Buenas una semana más. 

Esta vez he decidido no centrarme solo en las chicas si no prestar un poquito de atención a los chicos. Resulta que han llegado las rebajas y como todos sabemos la ropa másculina es SIEMPRE más cara que la femenina y además contáis con menos variedad a la hora de elegir, es una putada, lo sé, pero el mercado es el mercado y ya se sabe que nosotras solemos tener la tarjeta más caliente y dispuesta a ser usada para costear modelitos nuevos (Llamadlo estigma). Se que a muchos de vosotros no os gusta nada comprar, pero estas fechas son el momento perfecto para hacerlo, porque esos pantalones supercaros que os acabáis comprando por necesidad, ahora solamente son "caros".

Las rebajas son el momento perfecto para poder tirar alguna que otra camiseta vieja, para cambiar pantalones y para abastecerse de un nuevo kit de calconzillos y deshacerse de esos tan, tan, tan, carcomidos por el tiempo en los que la goma ya ni es goma, (Se que tenéis más de uno, a mi no me engañáis) 

Pues bien, os voy a dar unos pequeños briconsejos para proceder ante las rebajas y que vuestro día de compras no se haga infernal. 



1. Evalúa lo que tienes, esto es algo que nosotras es complicado que hagamos, pero para vosotros es pan chupado. Las chicas, muchas, compramos por puro coleccionismo, sin embargo vosotros (muchos) lo hacéis porque tenéis que hacerlo, así que si eres de esos chicos a los que no les gusta demasiado comprar, en vez de comprar por comprar, compra por renovar. Es decir, mira todos tus pantalones, separa los que están para el arrastre y cuando salgas a comprar busca unos nuevos similares (Si es que con esos te encontrabas a gusto) y lo mismo con camisetas, chaquetas, camisas... 

2. Piensa en las necesidades ¿Qué necesitas? ¿Qué quieres? Ir a comprar al tuntún es un verdadero caos, pero si vas a la tienda sabiendo exactamente lo que estás buscando la cosa se vuelve mucho más sencilla. Aprovecha para atreverte con esa camisa a cuadros que te lleva apeteciendo un tiempo, o por esa americana que dejas pasar cada vez que entras a una tienda pero que tanto te llama. 

3. Los básicos son la mejor opción, comprar básicos en rebajas es la gloria, tanto para hombres como para mujeres, salen baratos y siempre, siempre, siempre, se usan. 

4. Mira bien. Saber aprovechar las rebajas es una habilidad que lleva entrenamiento, hay que vivirlas muchas veces para saber encontrar la ganga, conocer las tiendas donde ponen las cosas más baratas y tener controlado el momento en el que las ponen más baratas. Aprovecha y date una vuelta por los Oulets y si es necesario haz primero una vuelta de reconocimiento y luego una de compra (Es verdaderamente tocahuevos comprarse un pantalón barato y encontrar unas tiendas más allá otro más chulo y más barato, entras en el conflicto de: Lo vuelvo y lo devuelvo y me pillo este... Mejor estás seguros y evitar situaciones así) 

5. No te digas cosas a ti mismo como: Ya no hace frío ¿Para qué quiero un jersey? Hay que ser previsor y comprar para el invierno que viene. Los abrigos suelen bajarlos y aunque ahora creas que no tiene utilidad porque donde vives ya está haciendo buen tiempo, un abrigo común nunca pasa de moda y el año que viene cuando quieras comprarte uno en Noviembre, los precios estarán por las nubes. 

6. No entres en la sección de "Nueva colección" es el mal. 

7. No dejes que elijan por ti algo que no quieres ponerte (Ni tu madre, ni tu hermana, ni tu amiga, ni tu novia...)

8. Márcate un presupuesto máximo y no te pases o te arrepentirás. 


Espero que os sirvan un poco los consejillos de hoy y que aprovechéis las rebajas de este año. Por cierto, también es un momento genial para mirar zapatillas.




¡Mordiscos!

domingo, 5 de enero de 2014

Mentiras que nos contaron nuestros publicistas

¡Feliz 2014 y feliz noche de Reyes, pequeños monstruos!
Mi primera entrada del nuevo año, ¡bieeeen!, y para ella os tengo preparada una recomendación: nunca os creáis ciegamente lo que veáis en la publicidad. ¡Nunca!
Sé que parece una recomendación muy de lógica y que todas sabemos que, porque veamos un producto en la tele, no tiene que significar que es un milagro que nos envían los dioses del Olimpo, pero también sabemos todas lo fácil que nos dejamos llevar por un buen eslogan...Al fin y al cabo para eso pagan a un tremendo equipo de publicistas. Y además se apoyan en la imagen de nuestros ídolos favoritos, de aquellos a los que secretamente (y a veces no tan secretamente) nos queremos parecer, para reforzar su mensaje a través de un argumento de autoridad.
Porque, ¿quién no se va a fiar de nuestra maravillosa Jennifer López si nos dice que con ese nuevo champú vamos a evitar perder cientos de cabellos al día?


Lo que el anuncio obvia es que perder 100 cabellos al día es lo más normal del mundo, dado que responde al ciclo natural del pelo, por el que cada persona pierde una cantidad de cabellos diarios (entre 70 y 120) dependiendo de factores como la fase de crecida del cabello, la alimentación o su pigmento (sí, sí, ¡que rubios y pelirrojos no pierden la misma cantidad de cabellos tampoco!).
Pero y si la preciosa Paula Echebarría nos dice que con esta otra gama vamos a aportar los beneficios de una BB Cream a nuestro pelo y así pararemos el daño causado por la edad, ¿cómo vamos a ponerlo en duda?


Y las canas ya de paso, ¿no? Porque tanto una cosa como la otra no tienen nada que ver en absoluto con el champú que usemos o dejemos de usar. En el caso de este anuncio en concreto, su falacia consiste en obviar que el pelo, al igual que atraviesa ciertas fases, tiene edad como nosotros y depende de nuestra genética, nuestras hormonas, nuestros hábitos...Y lo querramos o no, pasados los 40 el pelo se resiente y no crece tan fuerte y abundantemente como antes. Evidentemente, todos los cuidados extra que podamos aportar a nuestro cabello (una hidratación correcta, evitar abusar de tintes con amoníaco y del uso de planchas y secadores) ayudarán a que esté más sano. Pero de ahí a decir que vamos a evitar el paso del tiempo...

 Sin embargo, lo que os cuento no es nada que no sepáis; hace años ya (en 2007, para ser más exactos) que saltó la liebre sobre la publicidad engañosa en temas de estética cuando las organizaciones de consumidores de Reino Unido y España denunciaron este anuncio de L'Oréal con Penélope Cruz por publicitar una máscara de pestañas y utilizar pestañas postizas para las fotografías (una práctica que, por otra parte, es plato común hoy en día).

¡Hala, maja, qué ojazos!

Por aquel entonces fue todo un escándalo y una forma de abrirnos a todos los ojos de sopetón para que nos lo pensáramos dos veces antes de lanzarnos a las tiendas a por lo último que habíamos visto anunciar a Fulanita o Menganita. Pero a veces se nos olvidan estas cosas, y para eso estoy yo aquí hoy.
Así que la próxima vez que oigáis sobre algún producto milagroso (como un champú para raíces grasas pero que curiosamente detecta que tenéis las puntas secas y os las hidrata, ya de paso...porque es así de inteligente, él, y va contra todas las leyes de la química, la peluquería y el Vaticano), utilizad un poco la lógica más elemental, desconfiad y que no os la peguen con queso.
¡Rawr!

Ruth
 

jueves, 2 de enero de 2014

Rituals

¡Hola, Monstruos! 

Aprovechando las fiestas y con ellas el dinero que cae para regalos, este año me he regalado, bueno Papá Noel lo ha hecho, un pack especial de Rituals. Estoy segura de haber mencionado antes esta marca, pero os cuento un poco. Como nos revelan en la Web

En el año 2000, el fundador Raymond Cloosterman inició su aventura inspirándose en una pasión profundamente arraigada: «Estoy convencido de que podemos transformar nuestros rituales cotidianos en momentos repletos de significado con solo prestar un poquito más de atención a los detalles." De esta filosofía surgió el singular concepto de combinar la cosmética para el cuerpo y el hogar y, así, nació RITUALS...

Personalmente cuando descubrí la marcar me pareció una forma de entender el cuidado del cuerpo muy similar a como yo me lo planteaba, hace ya tiempo que una vez por semana me dedico una, dos, o tres horas para mi, para exfoliarme, cuidarme, "encremarme"... Luego me pongo el pijama y me siento la persona más limpia y feliz del mundo.  

Hará cosa de un año tropecé con esta marca, pues abrieron una tienda  de Rituals en Valencia, y me enamoré (literalmente) de una de sus lineas, Sakura, combina la flor de cerezo y la leche de arroz, y tiene un aroma dulzón que me hace querer comerme a mi misma. Así que al ver este pack

No pude resistirme. 

Contiene,  un exfoliante scrub (Que parece azuquitar), crema corporal, bruma, gel de manos, y gel en formato espuma para la ducha. 

Tanto el exfoliante como la crema llevo un año usándolos y la verdad es que he notado importantes diferencias, mi piel está tremendamente más suave y el olor que deja tanto sobre mi como en el baño tras usarlos es delicioso. El gel de manos también deja un grato aroma y la bruma aunque más suave es agradable (Yo la uso como colonia). El gel todavía no lo he probado y lo estoy deseando. 

No es una gama de productos barata, pero también es cierto que los productos duran su tiempo una vez los tenemos en casa. Son un caprichito y a veces hay que permitirse algunos. Os invito a que acudáis a una de las tiendas y encontréis vuestros propio ritual, no os defraudará.