Hola, preciosidades preciosas!
Hoy vamos a seguir mostrándoos tendencias peculiares con las que quizás no estéis familiarizados todavía. Hoy nos vamos del mundo del vello facial pero no dejamos la piel, porque vamos a hablar de tatuajes.

Desde la antigüedad, el ser humano ha disfrutado decorando su cuerpo con diferentes propósitos: para mostrar un estatus social, por superstición, para marcar el paso a una nueva fase de la vida, para conmemorar algún momento, simplemente para embellecer...Hoy se conservan principalmente por su función estética, en ocasiones como toda una forma de arte, si acudimos a un verdadero profesional de la aguja.
Por supuesto, con los años las técnicas también han ido evolucionando, pero no por ello las nuevas han destronado definitivamente a las más antiguas. Si sabemos dónde buscar, todavía encontraremos artesanos del tatuaje japonés, que se punza directamente en la piel a golpecitos o de los que usan aguja e hilo para ir introduciendo la tinta en la piel. Aunque lo más normal es que nuestro artista tire de pistola de tatuar, claro.
La tinta que se emplea en cada momento también está sujeta a modas. En blanco y negro, sombreados, luego en color...En los últimos años se han introducido muchas novedades. Por ejemplo, los tatuajes de tinta blanca, que crean una imagen mucho más fina y delicada, alejada de la solidez que ofrecen otros diseños de la old school, y parecen más un relieve de la propia piel.
Después nos encontramos con los tatuajes con tinta invisible, que sólo se aprecian bajo la luz negra ultravioleta. Ya sea en parte o en la totalidad de el diseño de nuestro tatuaje, esta tinta ayuda a crear efectos muy interesantes pues el dibujo parece estar iluminado. Además, que esta tinta no sea del todo visible a la luz diurna ofrece la posibilidad de ocultar mejor algunos diseños que pueden resultar, ejem, algo polémicos.
Lo último, sin embargo, son los tatuajes de oro y platino. Estos tatuajes aparecieron por primera vez de la mano de una empresa de cosmética y belleza como propuesta de ornamentación para novias sita en Dubai. Estos diseños, generalmente de flores y volutas, se recubren con una fina capa de oro o platino y se aplican posteriormente sobre la piel como si fueran una calcamonía (y mejor así, porque si se introdujera el metal líquido dentro de la piel posiblemente se produciría un envenenamiento por metales preciosos...).
¿Su precio? Pues no es un lujo al alcance de todos, porque puede ir desde los 50 a los 5.500 dólares. Un precio un poco caro, considerando que son temporales y que como mucho pueden durar una semana. Una pena, porque hay diseños verdaderamente preciosos.
Una maravilla, pero aunque haya quien diga que una joya es para siempre, por ahora sólo podemos soñar con engalanarnos la piel de forma temporal.
Ruth