Adeptos

jueves, 5 de diciembre de 2013

Tallas y confusiones.

Esta semana vengo de nuevo con un tema que me carcome el ánimo desde hace tiempo.

Cuando cumplí los dieciséis se me ensancharon las caderas, y quien dice ensanchar, dice que me creció el culo y se me hincharon los muslos, así es la vida de toda mujer, surgen las curvas y te olvidas de las tallas pequeñas y los vestidos demasiado estrechos. Durante muchos años me estanqué en la talla 36 e incluso me quedaba un poco ancha, luego, con las hormonas y una importante adquisición de peso me planté en una 38 yendo justita. Por asuntos de la vida volví a perder peso pero con serios problemas de regresar a la 36, lo que me llevó a preguntarme ¿Cuál es el problema de todo esto? Si mi contorno ha decrecido ¿Por qué no entro en una 36? No es que esté obsesionada con la talla, pero a una siempre le gusta poder volver a ponerse aquellos pantalones en los que no entraba, y todas pensamos que si un día pudimos ponernos una M, podemos lograr despachar de nuestras vidas a todas las ELES. (Bueno todas no, algunas se encuentran en el tema inverso, pero esta reflexión se la dejo a mi Ruthie)

El caso es que la semana pasada con el asunto del Black Friday me fui de compras porque mi madre había arruinado dos de mis pantalones con gotitas de lejía, y me pasó esto:



Estás son mis compras, dos pantalones, dos tallas, una sola tienda. Cogí de ambos modelos la 36 y la 38, me probé los cuatro pantalones y acabé quedándome con la 38 de uno, lo que me deprimió considerablemente y la 36 del otro, lo que me llenó de ánimo y satisfacción, ¿Entonces que uso? Pues uso ambas tallas, depende del pantalón. Como cuando llevas calzando la 37 toda la vida y de repente esta 37 te viene enana, pero tus zapatillas de deporte son una 37 y te quedan como un guante. Lo que pasa es que las tallas son un sistema de medida que deja bastante que desear, que ni siquiera en una misma empresa tienen las mismas medidas para la misma talla en distintos modelos, que no tienen en cuenta el tipo de tela o la estructura del pantalón, y que una S en Bershka no es lo mismo que una S en H&M. Que un kilómetro son mil metros pero una 36 no siempre son X cm de diámetro.


Las tallas son orientativas y después de esta prueba, se acabaron las inseguridades por no entrar en esa que se supone que debería ser la vuestra.  

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